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Módulo 5

2. Analizar las necesidades del cliente, planificar acciones de intervención de acuerdo a los principios EBM.

Aunque el tema de la nutrición se descuidó durante mucho tiempo en la formación profesional de los trabajadores sociales, los enfoques modernos para apoyar a personas en situaciones difíciles demuestran que la nutrición desempeña un papel fundamental en la salud mental, el funcionamiento social y el bienestar diario de los pacientes. Kayla Harter (2017) demuestra que la nutrición debe considerarse parte integral del enfoque «persona-entorno», una perspectiva holística que considera al paciente en su contexto biológico, social y emocional.

La investigación de Harter revela que hasta el 68,2% de los trabajadores sociales abordan la nutrición en su práctica, a pesar de que la mayoría de ellos (77%) nunca ha asistido a ninguna capacitación relacionada con la nutrición y el 89% no realizó dichos cursos durante sus estudios de maestría en trabajo social (Harter, 2017).

Esto demuestra que el tema de la nutrición es importante y necesario, y que los trabajadores sociales a menudo actúan intuitivamente o se basan en conocimientos médicos generales básicos. Lo hacen porque reconocen la conexión entre la alimentación, el estado de ánimo, la salud y el funcionamiento diario del paciente.

Al trabajar con personas con enfermedades mentales, el tema de la nutrición suele surgir como un tema secundario: «Alguien come demasiado», «Alguien casi no come». Es fácil asumir que una sugerencia o un folleto informativo bastará. Sin embargo, si realmente queremos un cambio, necesitamos un plan de acción bien planificado, basado en un objetivo claro.

Establecer un objetivo de intervención no es solo una formalidad: es un proceso que ayuda a organizar las acciones, definir la dirección de la cooperación con el cliente y fortalecer su motivación. Con un objetivo bien definido, el cliente puede ver el propósito del cambio y sentir que es posible lograrlo, paso a paso.

Precisamente por eso vale la pena utilizar el método SMART: una herramienta que ayuda a formular objetivos de forma clara, realista y práctica.

El método SMART: cómo establecer objetivos que funcionen

SMART es un acrónimo que describe cinco características clave de un objetivo bien formulado. Cada elemento ayuda a evitar afirmaciones vagas y convierte el objetivo en una estrategia de acción estructurada.

Tejido. Significado ¿Qué significa esto en la práctica?
S Específico El objetivo debe estar claramente definido, sin frases vagas como “comer más saludablemente”.
M Medible Debería ser posible verificar si se ha alcanzado el objetivo.
A ( Achievable El objetivo debe ser alcanzable para la persona en su situación específica.
R Relevante El objetivo debe ser importante y relevante para los problemas del cliente.
T Tiempo limitado Es necesario determinar cuándo queremos lograrlo.

Cuando el trabajador social y el cliente formulan un objetivo utilizando este modelo, resulta más fácil no sólo planificar pasos específicos sino también evaluar el progreso y responder si algo no sale según lo planeado.

Ejemplo de un objetivo SMART correcto en el contexto de la dieta:
“Jan (que vive con depresión crónica, desnutrido, que se queja de fatiga y falta de energía) consumirá, durante las próximas dos semanas, al menos una comida caliente al día con verduras, que comprará o preparará con la ayuda de un cuidador”.
Este objetivo cumple con todos los elementos del modelo SMART:
S ( SPECIFIC/Específico): sabemos exactamente qué debe hacer el cliente: comer una comida caliente con verduras.
M (Medible): una comida al día; se puede monitorear fácilmente.
A (Alcanzable): solo una comida, posible apoyo de un cuidador; realista.
R (Relevante): el objetivo aborda un problema específico: desnutrición, falta de energía.
• T (Límite temporal): se establece un plazo claro: dos semanas.

Casual dining scene with a fresh salad and white wine on a wooden table setting.

Para entender por qué el método SMART es tan útil, conviene observar ejemplos que no siguen este método:

Jan debería comer sano.
Este objetivo parece razonable, pero es demasiado vago. ¿Qué significa «sano»? ¿Se refiere a evitar el azúcar, comer verduras y comer con regularidad? Carece de mensurabilidad, plazos y acciones específicas. Un objetivo así no proporciona una dirección clara ni al cliente ni al trabajador.

“Jan dejará de comer cosas poco saludables para siempre”.
Este objetivo es demasiado ambicioso, vago y, en última instancia, poco realista. “Para siempre” es una exigencia abrumadora, especialmente para alguien con problemas de salud mental. Carece de concreción, mensurabilidad y plazos. Además, puede generar miedo al fracaso y desanimar al cliente desde el principio.

Una investigación de Kayla Harter (2017) muestra que hasta el 68 % de los trabajadores sociales encuestados incluyen la nutrición en sus conversaciones con sus clientes, generalmente de forma sencilla y cotidiana, adaptada a la situación y las capacidades del cliente. Hablan principalmente sobre los fundamentos de una alimentación saludable. No se trata de conocimientos dietéticos complejos, sino de pautas sencillas, como:

  1. “Intenta comer algo caliente una vez al día”.
  1. “Sería bueno agregar verduras a tu almuerzo”.
  1. “El agua en lugar de una bebida azucarada podría ayudarte a sentirte mejor”.

“El agua en lugar de una bebida azucarada podría ayudarte a sentirte mejor”.

Otro tema que se plantea con frecuencia es la reducción de la «comida chatarra»: dulces, patatas fritas, comida rápida y refrescos. Los trabajadores sociales no dan ultimátums ni juzgan, sino que plantean preguntas como:

  1. “¿Y qué sueles comer cuando estás triste?”
  1. “Algunas personas se sienten más irritables después de beber una bebida azucarada. ¿Y a ti qué te pasa?”

Estas conversaciones conectan las emociones con la alimentación, y su objetivo no es la prohibición, sino la reflexión, la consciencia y los pequeños ajustes.

Un tema importante y muy práctico es planificar las comidas con un presupuesto muy limitado. Por ello, a muchos clientes les cuesta acceder a alimentos con regularidad, y más aún cocinar, planificar la compra o simplemente organizar su día en torno a las comidas. En este sentido, un trabajador social puede:

  1. help create a shopping list,
  1. Señale un banco de alimentos local,
  1. Planifiquemos juntos un plan de alimentación sencillo y asequible.

Esta suele ser una parte vital del apoyo diario, especialmente cuando se trabaja con personas sin hogar, que viven con discapacidades o enfrentan problemas de salud mental.

Algunos trabajadores sociales también observan conductas alimentarias preocupantes que pueden indicar un trastorno alimentario, por ejemplo, evitar obsesivamente la comida, episodios de atracones o afirmaciones como: «No como porque no lo merezco».

Aunque no diagnostican, responden con empatía y saben cuándo derivar al cliente a un especialista: un dietista, un terapeuta o un psiquiatra. Su función es detectar la primera señal y ayudar al cliente a encontrar el apoyo adecuado.

Como podemos ver, los temas de nutrición que abordan los trabajadores sociales no son aleatorios: surgen de necesidades reales, conversaciones y observaciones. Estos temas suelen ser un puente para construir una relación, un primer paso hacia el cambio y una forma de mostrarle al cliente que alguien comprende sus dificultades cotidianas.

Es importante que el trabajador social recuerde que su papel en las intervenciones nutricionales tiene sus límites. Puede apoyar al cliente en acciones cotidianas como:

  • fomentando pequeños cambios,
  • ayudando con la planificación de compras,
  • Apoyando el desarrollo de hábitos sencillos.

Sin embargo, en muchos casos, especialmente cuando:

  • Hay signos de trastornos alimentarios (por ejemplo, anorexia, bulimia),
  • El cliente tiene enfermedades físicas que afectan la dieta (por ejemplo, diabetes, desnutrición),
  • o el cliente se niega a comer y surgen riesgos para la salud, es esencial la colaboración con otros especialistas, como un dietista clínico, un médico o un psicoterapeuta.

El trabajador social debe reconocer cuándo las acciones independientes pueden no ser suficientes y ofrecer al cliente apoyo profesional externo.

Independientemente de si está trabajando en un pequeño cambio de hábito o apoyando a un cliente con problemas de salud graves, su bienestar y seguridad siempre deben ser lo primero.
Establecer objetivos realistas y acordados conjuntamente no solo mejora la eficacia de la intervención, sino que también genera confianza y da al cliente una sensación de control, y ese es un elemento clave de cualquier cambio, especialmente en el contexto de la salud mental.

Para evaluar tus conocimientos sobre este tema, realiza el ejercicio 46 del cuaderno de ejercicios.

Individualizar la intervención es esencial si queremos que el apoyo sea genuino, eficaz y aceptable para el paciente. Cada persona, incluso con un diagnóstico o problemas de salud similares, vive en un contexto diferente, con distintas capacidades, desafíos, creencias y objetivos.

La evaluación de necesidades y recursos nos permite:

  1. comprender mejor lo que realmente necesita el cliente (no sólo lo que nos “parece” necesario),
  2. evitar errores y sobrecargas que puedan disuadir al cliente de participar,
  3. Generar confianza y empatía, ya que el cliente se siente escuchado y tenido en cuenta.
  4. Elija métodos de apoyo realistas y eficaces,

¿Qué debe evaluar una trabajadora social?

1. Necesidades del cliente: qué área realmente requiere apoyo
La evaluación de necesidades no se trata solo de enumerar los problemas a resolver, sino de comprender qué es lo más difícil para el cliente en este momento, qué lo frena, qué le causa dolor o angustia. Es el primer paso para elaborar un plan de apoyo individualizado.

Áreas típicas a evaluar y orientación práctica:

a) Salud mental y física:
➤ ¿El cliente se desenvuelve de forma independiente actualmente? ¿Presenta episodios de intensificación de los síntomas (p. ej., depresión, ansiedad, delirios)?
➤ Comentario: Aunque el cliente no hable directamente de su salud, puede preguntarle:
«¿Cómo se ha sentido últimamente?»
«¿Hay algo que le dificulte la vida diaria?»

b) Nutrición y condiciones de alojamiento:
➤ ¿Dispone el cliente de refrigerador, acceso a cocina y una fuente estable de alimentos?
➤ Comentario: Los clientes a veces ocultan sus problemas de acceso a alimentos por vergüenza. Puedes preguntar discretamente:
«¿Cómo es una comida típica para ti?»
«¿Te pasa que no hay nada en el refrigerador?»

c) Funcionamiento diario:
➤ ¿El cliente cuida su higiene, se levanta por la mañana, sabe qué día u hora es?
➤ Comentario: Esta área afecta considerablemente la capacidad de cooperación. Si a alguien le falta energía para lavarse, le resulta difícil planificar sus comidas.

d) Apoyo social:
➤ ¿Alguien los visita? ¿Tienen con quién hablar? ¿Reciben apoyo o, más bien, control?
➤ Comentario: La soledad y el aislamiento suelen ser los mayores obstáculos para el cambio. Vale la pena preguntarse:
«¿Quién es importante para ti?»
«¿Con quién hablas cuando algo anda mal?»

e) Necesidades emocionales y psicológicas:
➤ ¿Tiene el cliente esperanza de mejorar? ¿Quiere cambiar algo?
➤ Comentario: Un cliente podría decir: «Ya no me importa». Esto también es importante. En estos casos, concéntrese en las necesidades pequeñas e inmediatas. Vale la pena preguntar:
«¿Qué te hizo sentir así?»
…y luego concéntrese en generar apoyo a partir de ese momento.

Recursos del cliente: ¿qué se puede aprovechar?

Los recursos suelen ser la parte más subestimada de una evaluación. Sin embargo, son precisamente lo que permite al cliente actuar, a pesar de la enfermedad, las dificultades, la falta de dinero o las limitaciones cognitivas. Identificar recursos no se trata de encontrar lo «ideal», sino de descubrir incluso los elementos más pequeños que se pueden fortalecer. Los recursos no tienen que ser grandes, solo algo con lo que empezar.

Áreas típicas de recursos y comentarios prácticos:

a) Recursos personales:
➤ El cliente sabe cocinar comidas sencillas, cuida un gato, sabe mucho de música, solía tener una tienda…
➤ Comentario: Incluso habilidades aparentemente «pequeñas» pueden ser la base de una intervención. Un cliente que puede cuidar de un animal también puede cuidarse a sí mismo, pero podría necesitar apoyo.

b) Recursos sociales:
➤ ¿Hay alguien cercano que pueda ayudarle con las compras, recordarle que tome la medicación o hablar con él una vez a la semana?
➤ Comentario: Las relaciones sociales pueden ser complejas, pero incluso la conexión con un vecino, un trabajador social o un miembro de un grupo de apoyo puede ser un recurso.

c) Recursos del entorno:
➤ ¿Conoce el cliente los frigoríficos comunitarios, utiliza bancos de alimentos, tiene acceso a un centro de día o comedor social?
➤ Comentario: No todos los recursos tienen que estar en casa; muchos se pueden acceder a través de la red local. Conviene conocer las instituciones que pueden ayudar y preguntar al cliente:
«¿Ha estado alguna vez en…?»

d) Recursos internos (emocionales y psicológicos):
➤ ¿Puede el cliente automotivarse? ¿Tiene esperanza, metas, valores y un sentido de espiritualidad?
➤ Comentario: Incluso un cliente en crisis puede tener valores que le importan, por ejemplo: «Quiero ser un mejor padre», «No quiero volver al hospital», y ese puede ser el punto de partida.

En trabajo social, a menudo debemos tomar decisiones rápidas: ¿cómo ayudar a un cliente que se siente mal, no come con regularidad o se queja de fatiga constante y falta de energía? En estas situaciones, es útil confiar no solo en la intuición o la experiencia, sino también en conocimientos científicos sólidos, es decir, las llamadas intervenciones de PBE (Práctica Basada en la Evidencia).

EBP es un enfoque basado en el supuesto de que nuestras acciones deben ser:

  1. Basado en la mejor evidencia científica disponible,
  2. Adaptado a la situación y capacidades del cliente,
  3. En línea con el conocimiento práctico y los valores del cliente.

En resumen: sabemos qué funciona y cómo adaptarlo a cada persona.

Ejemplo de un objetivo SMART correcto en el contexto de la dieta:
“Jan (que vive con depresión crónica, desnutrido, que se queja de fatiga y falta de energía) consumirá, durante las próximas dos semanas, al menos una comida caliente al día con verduras, que comprará o preparará con la ayuda de un cuidador”.
Este objetivo cumple con todos los elementos del modelo SMART:
S ( SPECIFIC/Específico): sabemos exactamente qué debe hacer el cliente: comer una comida caliente con verduras.
M (Medible): una comida al día; se puede monitorear fácilmente.
A (Alcanzable): solo una comida, posible apoyo de un cuidador; realista.
R (Relevante): el objetivo aborda un problema específico: desnutrición, falta de energía.
• T (Límite temporal): se establece un plazo claro: dos semanas.

¿Qué intervenciones nutricionales han demostrado su eficacia?

Encontrará descripciones detalladas de las dietas en los módulos 3.2 a 3.4, pero como trabajador social, es útil estar familiarizado con los enfoques generales que están respaldados por la investigación y pueden servir como una buena base para la discusión con el cliente.

Las dietas más estudiadas y recomendadas incluyen:

• Dieta mediterránea: rica en verduras, aceite de oliva, pescado y cereales integrales. Favorece la salud mental y puede reducir el riesgo de depresión.
• Dieta MIND: una combinación de las dietas mediterránea y DASH, centrada en la salud cerebral. Se recomienda especialmente en casos de deterioro cognitivo.
• Dieta cetogénica: alta en grasas y baja en carbohidratos; muestra efectos beneficiosos en algunos pacientes con trastornos neurológicos y psiquiátricos, aunque su implementación requiere apoyo especializado.

Importante: No todas las dietas son adecuadas para todos los clientes. Un trabajador social debe ser capaz de reconocer las limitaciones (por ejemplo, pobreza, falta de acceso a la cocina, afecciones médicas coexistentes) y colaborar con otros especialistas cuando la intervención exceda su ámbito de competencia.

¿Cuándo EBP en nutrición significa acciones simples?

Aunque la Práctica Basada en Evidencia (PBE) puede parecer una serie de grandes proyectos clínicos, en el trabajo social a menudo significa acciones pequeñas y específicas que sabemos que son efectivas, porque las investigaciones han confirmado su impacto.

Ejemplos:

  • En lugar de decirle “come sano”, el trabajador ayuda al cliente a introducir un hábito específico: una verdura en el almuerzo todos los días durante una semana, porque sabemos que aumentar el consumo de verduras tiene un efecto positivo en el estado de ánimo.
  • Un cliente bebe 3 litros de cola al día. El trabajador no se lo prohíbe, pero sugiere sustituir un vaso por agua con limón, porque reducir el consumo de azúcar puede disminuir la irritabilidad y mejorar el sueño.

¿Y qué pasa s está cometiendo errores nutricionales?
Los módulos 3.3 y 3.4 describen los problemas nutricionales más comunes en personas con problemas de salud mental, como deficiencias de vitaminas B, hierro o magnesio, así como exceso de azúcar, alimentos procesados ​​y alcohol.

El trabajador/a social debe:

  • Tenga en cuenta estos riesgos,
  • Reconocer patrones preocupantes (por ejemplo, atracones, evitación de alimentos, consumo excesivo de bebidas energéticas),
  • Remitir a un especialista si el problema va más allá de su competencia.

Resumen – ¿Qué debe saber y hacer un trabajador social?

✔ Comprender que la nutrición afecta la salud mental y que algunas intervenciones han demostrado su eficacia.

✔ Ser capaz de hablar con el cliente en un lenguaje cotidiano, incorporando conocimientos actualizados.

✔ No diagnosticar ni crear dietas, sino apoyar la implementación de recomendaciones sencillas y coordinar el apoyo de especialistas.

✔ Derivar al cliente a un dietista, médico o psicoterapeuta cuando sea necesario.

El uso de intervenciones basadas en la evidencia (PBE) en la práctica diaria del trabajo social no implica necesariamente acciones complejas ni lenguaje médico. Al contrario, se trata de utilizar el conocimiento actual, las necesidades del cliente y las circunstancias de la vida real para planificar pasos pequeños pero significativos que fomenten la salud mental y mejoren el funcionamiento diario.

El siguiente estudio de caso le permitirá seguir todo el proceso de intervención de EBP: desde la identificación de necesidades y recursos, pasando por la selección de un curso de acción apropiado, hasta el establecimiento de un objetivo y la colaboración con otros especialistas.

Vea cómo se pueden abordar las dificultades de un cliente con empatía y conocimiento, basándose en lo que realmente funciona.

Preste atención a los siguientes pasos:

Paso 1: Identificar las necesidades del cliente

Paso 2: Evaluar los recursos y las limitaciones

Paso 3: Elija un enfoque basado en evidencia (por ejemplo, elementos de la dieta MIND u otros, según las necesidades)

Paso 4: Establezca una meta realista utilizando el método SMART

Paso 5: Aplicar una intervención sencilla

Paso 6: Monitorear los resultados y ajustar el plan

Paso 7: Consulte con un especialista si es necesario.

Caso práctico: Artur: Cómo aplicar la EBP en la práctica del trabajo socialForma

🧍‍♂️Nombre del perfil del cliente: Artur.

Edad: 52 Estado de salud: Diagnosticado con depresión, recientemente bajo atención psiquiátrica; en tratamiento farmacológico Situación de vida: Vive solo, desempleado, recibe apoyos; lucha con la estructura diaria y la higiene Estilo de vida: A menudo no come en todo el día, luego se da atracones de dulces y pan por la noche; bebe 2-3 litros de bebidas azucaradas por día Dificultad reportada: «No tengo energía, no puedo concentrarme, no tengo ganas de hacer nada»Forma

🎯 Paso 1: Evaluar necesidades y recursos Necesidades Recursos Nutrición irregular y deficiente Puede cocinar comidas sencillas Baja energía, estado de ánimo deprimido Tiene acceso a una cocina y un refrigerador Picos de azúcar en sangre, irritabilidad Está en contacto con un trabajador social Aislamiento social Recibe beneficios y atención psiquiátrica
🟢 Comentario: Artur no necesita un cambio radical en su dieta; necesita pasos pequeños, basados ​​en evidencia y adaptados a su estado mental y circunstancias de vida. Forma

📚 Paso 2: Elegir una intervención nutricional basada en la evidencia
Con base en la evidencia analizada en el Módulo 3 (3.2.1.1 y 3.4) y el conocimiento actual sobre el impacto de la nutrición en la salud mental, el trabajador social decide aplicar elementos simplificados de la dieta mediterránea y la reducción del azúcar. 🔹 En lugar de: «Necesitas cambiar a la dieta mediterránea».
🔸Propuesta: “Intentemos añadir algunas verduras a tu almuerzo y sustituir una bebida azucarada al día por agua”. Forma

🛠️ Paso 3: Establece un objetivo INTELIGENTE
Objetivo:
Durante los próximos 7 días, Artur beberá un vaso de agua en lugar de una bebida azucarada cada día e intentará añadir una verdura a su almuerzo. Evaluación de criterios SMART S – Específico Sí: un vaso de agua, una verdura M – Medible Sí: una vez al día, durante 7 días A – Alcanzable Sí: el cliente tiene acceso y no se siente presionado R – Relevante Sí: aborda problemas relacionados con la salud y el estado de ánimo T – Limitado en el tiempo Sí: período de prueba de 7 días Forma

🤝 Paso 4: Apoyo y seguimiento
El trabajador social: Ayuda al cliente a escribir el objetivo en una nota y pegarla en el refrigerador. En la siguiente reunión, pregunta: «¿Pudiste hacer algún cambio? ¿Qué fue más fácil y qué fue difícil?«. Refuerza los logros (incluso parciales): «¡Qué bien que hayas podido comer zanahorias dos días! ¡Eso ya es un paso!». Sugiere ajustes en el objetivo si es necesario; por ejemplo, cambiar de verduras crudas a cocidas si las crudas son más difíciles de comer. Forma

🧠 Paso 5: Colaboración con otros profesionales
Dado que el cliente: Toma medicación antidepresiva Muestra signos de atracones y aislamiento social Tiene baja motivación ➡️ El trabajador social contacta al psiquiatra y propone una derivación a un dietista en el centro de salud mental (si está disponible). Forma

📌 Resumen: ¿Qué hizo el trabajador social como parte de la EBP?
✅ Identificó la necesidad según el estado mental y el funcionamiento diario del cliente.
✅ Aplicó elementos de intervenciones basadas en la evidencia (dieta mediterránea, reducción de azúcar).
✅ Estableció un objetivo SMART realista y medible.
✅ Brindó apoyo y seguimiento.
✅ Involucró a especialistas relevantes: dietista y psiquiatra.

Seguimiento de resultados: ¿qué y cuándo debe comprobarse?

Implementar una intervención es una cosa, pero su eficacia solo se puede evaluar si sabemos qué buscar y cómo comprobarlo. En trabajo social, no siempre tenemos acceso a pruebas, historiales médicos ni observaciones diarias, por lo que el seguimiento debe ser sencillo, específico y utilizable en la conversación con el cliente.

¿Qué vale la pena revisar?

  • Si el cliente logró el objetivo específico, por ejemplo, «¿Agregaste una verdura a tu almuerzo?», «¿Bebiste menos bebidas azucaradas?»
  • Cómo se sintieron física y mentalmente: por ejemplo, «¿Tenías más energía?», «¿Te sentías menos irritable?»
  • Si hubo algo que dificultó seguir el plan (por ejemplo, falta de dinero, empeoramiento de los síntomas de depresión o conflictos familiares).

¿Con qué frecuencia se debe hacer esto?

  • Para intervenciones a corto plazo (1 a 2 semanas), una vez por semana o durante cada visita es suficiente.
  • En trabajos de larga duración, cada 2 a 4 semanas, dependiendo de cómo evolucione el caso.
  • En trabajos de larga duración, cada 2 a 4 semanas, dependiendo de cómo evolucione el caso.

Recuerde: Incluso el logro parcial de una meta es un avance. Es importante reconocerlo y nombrarlo; esto fortalece la motivación y el sentido de autonomía del cliente.

Establecer “planes de respaldo”: ¿qué hacer cuando las cosas no salen según lo planeado?

Los contratiempos son parte normal del proceso de cambio, especialmente para las personas con problemas de salud mental. Por eso es importante acordar de antemano con el cliente un plan B: uno que no sea un castigo ni le haga sentir mal, sino un paso atrás o un retroceso seguro que le permita mantener el progreso sin rendirse por completo.

¿Cómo establecer un Plan B?

  • “¿Qué harás si no tienes energía para cocinar el almuerzo?”
  • “¿Cómo podemos simplificar este objetivo para que no lo abandones por completo?”
  • “Si hacerlo todos los días no funciona, ¿podríamos intentar hacerlo tres veces por semana?”

¿Qué se puede incluir en un plan de respaldo?

  • Una versión simplificada del objetivo (por ejemplo, en lugar de cocinar, utilizar un producto preparado con verduras)
  • Una forma adicional de apoyo (por ejemplo, una llamada recordatoria, una nota en el refrigerador, la participación de una persona de confianza)

Un cambio en el horario (por ejemplo, trasladar el objetivo a otra parte del día o la semana)

¡Cuidado con el lenguaje! En lugar de decir: «Si fracasas», es mejor decir: «Si las cosas no salen según lo planeado, ¿qué podemos hacer entonces para asegurarnos de que algo salga bien?»

Construyendo autonomía

Cambiar los hábitos alimentarios en personas con trastornos de salud mental no empieza con una dieta, sino con microacciones: beber agua, comer algo caliente, acordarse de comer. Por eso, en el trabajo social, es fundamental centrarse en acciones sencillas y alcanzables que el paciente pueda llevar a cabo en su vida diaria, incluso si su motivación, energía o función cognitiva son bajas.

Un trabajador/a social no necesita ser un experto/a en nutrición, pero puede ser un catalizador/a del cambio, ayudando al cliente a dar el primer paso. A continuación, se presentan cinco pasos prácticos con ejemplos. Forma

🔹 PASO 1: Comience con lo que el cliente YA está haciendo.

¿Por qué es esto importante?
A la gente no le gusta que le digan qué cambiar. Pero es más probable que actúen si sienten que ya saben cómo hacerlo.

Ejemplo de conversación:
– “¿Qué has comido últimamente que esté bien y te haya gustado?”
– “¿Qué comida del día suele ir mejor: el desayuno, el almuerzo o la cena?”
– “¿Qué comida del día suele ir mejor: el desayuno, el almuerzo o la cena?”
– “¿Hay algo que te guste comer que no requiera cocción?”
🎯 Objetivo: Identificar un punto de partida. Por ejemplo, si el cliente come pan con queso todos los días, empieza añadiendo una rodaja de tomate.

🔹 PASO 2: Sugiera un pequeño cambio, no una “dieta completa”

¿Por qué es esto importante?

Mental health disorders (e.g. depression, schizophrenia) make planning and decision-making difficult. Big changes can be overwhelming – small ones are manageable.

Ejemplos de microobjetivos:
• “Añadir una verdura al día a una comida, aunque solo sea una rodaja de pepino”.
• “Beber un vaso más de agua de lo habitual”.
• “Comer algo caliente antes de las 12:00, aunque solo sea una sopa instantánea”.

🛠️ Consejo: Escribe el objetivo junto con el cliente y colócalo en un lugar visible (por ejemplo, el refrigerador, la puerta, el teléfono).

🔹 PASO 3: Planifica una lista de compras con una estimación básica de costos

Herramientas prácticas:

  • Bolígrafo y papel, teléfono móvil, folleto de tienda.
  • Calculadora: calcula cuánto podría costar el almuerzo para dos días

Consejo: Concéntrese en alimentos básicos versátiles, por ejemplo, patatas, cereales, verduras congeladas, huevos, pan y avena.

🔹 PASO 4: Proponer soluciones de respaldo
El cliente podría:

  • no tener energía para cocinar,
  • pierden el apetito.
  • no ir a la tienda,

Así que acordamos un plan B:

  • “¿Qué puedes comer cuando no tienes energía para cocinar?”
  • ¿Tienes algo en casa que se pueda calentar rápidamente?
  • “¿Hay alguien que pueda hacer las compras por usted si no puede salir?”


✅ Consejos para la trabajadora social.

Qué hacer Ejemplo
Habla específicamente, no vagamente. “¿Qué puedes cocinar mañana?” en lugar de “Come sano”
Planifique a corto plazo, pero de manera realista “Planifiquemos juntos las comidas de mañana”
Utilice recursos locales Frigorífico comunitario, comedor social, servicios sociales
Escribe planes con la clienta En papel, teléfono o una nota en la puerta.
Establezca un plan de respaldo “¿Qué comerás si no tienes ganas de hacer nada?”

Formulario: Plan de comidas semanal y presupuesto

🗓️ Complete este formulario junto con el cliente. Indique qué y cuándo planea comer y cuánto prevé gastar en cada comida.

Menú semanal

Comida / Día Lu Ma Mier Jue Vi Sáb Do
Desayuno        
Comida        
Cena        

Presupuesto de alimentación

Producto Precio estimado (PLN) Comentario (por ejemplo, ¿cuánto durará?)
   
   
   
   
   

En la práctica diaria, muchos profesionales descubren que realizar reuniones grupales periódicas con sus clientes puede ser mucho más efectivo que trabajar exclusivamente en sesiones individuales. La constancia y la rutina (por ejemplo, reuniones semanales a la misma hora) brindan a los participantes una sensación de estructura y seguridad, lo que refuerza aún más su motivación para el cambio.

Los entornos grupales también ayudan a los participantes a comprender que otros enfrentan desafíos similares. Esto reduce la sensación de aislamiento, fomenta un sentido de comunidad y fomenta el apoyo mutuo. Los clientes a menudo se inspiran mutuamente, comparten estrategias de afrontamiento y trabajan juntos para encontrar soluciones.

Además, las reuniones grupales ofrecen excelentes oportunidades de capacitación práctica, como planificar comidas, cocinar juntos o hablar sobre la compra y el presupuesto. Estas experiencias prácticas fomentan la participación y permiten a los clientes aprender con la práctica, en un entorno seguro y de apoyo.


2.3.3. HIGIENE PERSONAL Y ORGANIZACIÓN DIARIA EN TORNO A LAS COMIDAS

Para muchas personas con trastornos de salud mental, las actividades cotidianas básicas, como lavarse, vestirse, preparar la comida o comer con regularidad, pueden suponer un gran desafío. Afecciones como la depresión, la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad o los episodios psicóticos pueden provocar:

  • una estructura cotidiana alterada (falta de rutina, caos).
  • descuido de la higiene personal.
  • olvidarse de comer o darse atracones durante la noche.
  • dificultad para planificar y anticipar las necesidades.

Como trabajador social, usted puede desempeñar un papel clave a la hora de ayudar al cliente a crear un plan diario sencillo que:

• Incluye comidas.

• apoya la regularidad y las rutinas.

• restablece una sensación de control sobre la vida cotidiana.

🔹 PASO 1: Descubra cómo es un día típico para el cliente

Antes de sugerir nada, conozca el ritmo diario del cliente. Aunque parezca caótico, es un buen punto de partida.
Preguntas útiles:

  • ¿A qué hora sueles levantarte?
  • “¿Cuándo te lavas habitualmente: por la mañana, por la noche, cada dos días?”
  • “¿Hay alguna actividad que ocurra regularmente durante el día, como ver televisión, tomar medicamentos o tomar café?”
  • “¿Cuándo sueles comer, si es que comes?”

🛠️ Consejo: No preguntes si “están haciendo las cosas bien”; pregúntales cómo son realmente las cosas, sin juzgar.Forma

🔹 PASO 2: Averigua cómo es un día típico del cliente

Identifica un comportamiento constante en torno al cual construir el plan.
Incluso las rutinas más irregulares tienen puntos de apoyo, como tomar el café por la mañana, ver las noticias, pasear al perro o tomar la medicación.
Objetivo: Crear una nueva rutina en torno a algo que el cliente ya haga.

Ejemplo:
El cliente ve las noticias a las 19:30 todos los días → puedes planificar la cena justo antes o después del programa.
🛠️ Consejo: No preguntes si «están haciendo las cosas bien», pregúntales cómo están realmente las cosas, sin juzgarlas.Forma

🔹 PASO 3: Sugiere una estructura diaria sencilla, con lavado y comidas.
No se trata de un «horario perfecto», sino de lo mínimo que se sienta factible.

Tiempo Actividad Comentario
9:00 Levantarse, lavarse la cara, vestirse (aunque no sea una ducha completa, lavarse la cara ya es un paso adelante)
9:30 Desayunar e.g. sandwich, yoghurt, banana
13:00 Come el almuerzo (aunque sea algo sencillo) Podría ser sopa preparada, arroz + verduras.
17:00 Sal a caminar / tómate un descanso cambio de ambiente, café
19:00 Dinner and medication vinculado con un programa de televisión nocturno
20:00 Ducharse o cepillarse los dientes Si es posible, o un gesto simbólico (por ejemplo, lavarse las manos, cambiarse de camisa).

Consejo: Haz una versión visual o en viñetas del plan con el cliente y cuélgala en el refrigerador o en la puerta.

🔹 PASO 4: Sugerir una estructura diaria sencilla: Vincular la higiene con las comidas, en lugar de separarlas.

Para muchos clientes, lavarse parece una molestia innecesaria si no salen. Pero si se les muestra que está relacionado con las comidas, se vuelve más lógico y se integra en su rutina.
Ejemplos:

  • “Después de ducharme, me prepararé algo caliente para comer”
  • “Después del desayuno, me cepillaré los dientes”
  • “Después de vestirse, café y panecillo”

Regla: Una acción lleva a otra. Los rituales crean ritmo.

🔹 PASO 5: Sugiera una estructura diaria sencilla – Ajusten el plan juntos – no lo impongan

Remember – the plan should belong to the client, not to you. They’re the one living by it.
Haz preguntas como:

  • ¿Qué podríamos añadir para que sea más fácil comer algo por la mañana?
  • “¿Hay algo que te gustaría cambiar en el orden que planeamos?”
  • “¿Empezamos con solo dos pasos (lavarnos y desayunar) y planificamos el resto la semana que viene?”

🟡 El progreso no tiene por qué ser drástico. Un cambio como «comer la primera comida antes de la 1 p. m.» ya es un éxito.

👥 Ejemplo práctico

🧍 Ágata (35 años, depresión, soledad, baja autoestima)

Acciones tomadas por la trabajadora social:

Actions taken by the social worker:

  • Empezó con una pregunta amable: «¿A qué hora sueles tomar café?». Respuesta: «Después de la 1 p. m., cuando me levanto».
  • Juntas, establecen el primer ritual diario: café + yogur.
  • Añadió una rutina de higiene sencilla: “Me lavaré las manos y me cambiaré la camisa”.
  • Después de una semana, agregaron otro pequeño paso: la cena antes de su programa de televisión favorito.
  • El trabajador ayudó a crear un plan diario sencillo de tres pasos, que fue colgado en el refrigerador.Forma

✅ Resumen:

Qué hacer para apoyar a la cliente:

Objetivo: ¿Cómo llegar a eso?
Establecer un ritmo diario Pregunte qué hace ya el cliente y elabore el plan en torno a eso.
Apoyar la higiene No impongas: comienza con pequeñas acciones (por ejemplo, lavarte las manos, cambiarte de ropa).
Vincular la alimentación con la higiene Comer después de lavarse, cepillarse los dientes después de las comidas.
Crea un plan sencillo Utilice papel, teléfono o recursos visuales, con solo 2 o 3 pasos
Modificar el plan juntos Acordar cambios de forma colaborativa, ajustar las tareas a los síntomas y al estado de ánimo del cliente.

📊 Tabla para el seguimiento del ritmo diario y las comidas (1 semana)

Recomendación: El cliente puede completar esto de forma independiente o con el apoyo de un trabajador social marcando las actividades básicas y las comidas cada día.

Actividad / Día Lu Ma Mier Jue Vi Sáb Do
Me levanté antes de las 10:00        
Cara y dientes lavados        
Desayuné        
Comí        
Cené        
Tomé una ducha y cambié mi ropa        
Salí o hice una actividad        

Leyenda: puedes marcar ✅ (hecho), ❌ (no hecho) o ➖ (no aplica).

Para evaluar tus conocimientos sobre este tema, realiza el ejercicio 47 del cuaderno de ejercicios.

Bibliografía
Prochaska, J. O. y DiClemente, C. C. (1984). El enfoque transteórico: Transcendiendo las fronteras tradicionales de la terapia. Homewood, IL: Dow Jones-Irwin. Prochaska, J. O., DiClemente, C. C. y Norcross, J. C. (1992). En busca de cómo cambian las personas: Aplicaciones a las conductas adictivas. American Psychologist, 47(9), 1102–1114. https://doi.org/10.1037/0003-066X.47.9.1102 Harter, K. (2017). Nutrición y la perspectiva persona-entorno: Implicaciones para el trabajo social (Tesis de maestría, Universidad Estatal de Grand Valley). ScholarWorks@GVSU

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