Moodbites

0 de 17 lecciones completas (0%)

Módulo 3

2. Enfoques dietéticos (mediterráneo, MIND, cetogénico) utilizados para apoyar el tratamiento de trastornos psiquiátricos

Intervenciones dietéticas basadas en la evidencia en trastornos psiquiátricos

Los estudios epidemiológicos indican que la dieta tiene un impacto significativo en la salud mental y las intervenciones nutricionales pueden contribuir a mejorar el bienestar psicológico.

Los estudios epidemiológicos son un tipo de investigación científica que examina cómo diversos factores (por ejemplo, la dieta, el estilo de vida, el medio ambiente) afectan la salud humana.

Gracias a estos estudios, los investigadores pueden observar, por ejemplo, que las personas que siguen determinados patrones de alimentación –como la dieta mediterránea– tienen menos probabilidades de sufrir depresión en comparación con quienes consumen grandes cantidades de comida rápida y alimentos procesados.

 

Las intervenciones dietéticas basadas en la evidencia son enfoques para cambiar la dieta que se han estudiado exhaustivamente y han demostrado ser eficaces para mejorar la salud mental. Esto significa que los investigadores han realizado experimentos y comparado diferentes grupos de personas para determinar si los cambios en la dieta realmente ayudan a reducir síntomas como los de la depresión.

Un ejemplo de esta intervención es adoptar una dieta rica en verduras, frutas, pescado, frutos secos y aceite de oliva, alimentos que se sabe que influyen positivamente en la función cerebral y el bienestar. Estudios demuestran que las personas que siguen una dieta saludable tienen menos probabilidades de sufrir depresión y ansiedad en comparación con quienes consumen grandes cantidades de azúcares simples y grasas saturadas (Grajek et al., 2022).

Un desafío para los investigadores sigue siendo la necesidad de realizar estudios más rigurosos y basados ​​en evidencia que puedan definir claramente el papel de la dieta en la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales (Grajek et al., 2022).

Intervenciones dietéticas con efectos preventivos demostrados en enfermedades mentales

Dieta mediterránea

La dieta mediterránea es uno de los patrones alimentarios más investigados, conocido por sus efectos beneficiosos para la salud, incluida la mental. Se basa en los hábitos alimentarios tradicionales de las personas que viven en países ribereños del Mediterráneo, como Grecia, Italia y España. Sus principios básicos incluyen:

  • Alto consumo de verduras, frutas, legumbres (por ejemplo, frijoles, lentejas, garbanzos), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, pan integral, arroz integral, pasta integral).
  • Grasas saludables, principalmente del aceite de oliva.
  • Consumo regular de pescado y marisco, que son fuentes ricas en valiosos ácidos grasos omega-3.
  • Consumo moderado de vino tinto, generalmente con las comidas y por adultos.
  • Baja ingesta de carnes rojas y alimentos altamente procesados, como comida rápida, dulces y patatas fritas (Grajek et al., 2022).

En la siguiente ilustración se presentan los principios básicos de la dieta mediterránea. Este gráfico puede utilizarse con fines educativos al trabajar con clientes y puede descargarse del siguiente sitio web: https://dietamediterranea.com/es/nutricion/

La pirámide está disponible en varios idiomas, entre ellos árabe, español, catalán, euskera, francés, gallego, griego, inglés, italiano y portugués.

Características de productos alimenticios seleccionados de la dieta mediterránea

Producto/Grupo de productos Propiedades Recomendaciones
Aceite de oliva • El aceite de oliva virgen extra es fuente de sustancias antioxidantes y antiinflamatorias: tocoferoles, polifenoles y fitoesteroles, además de ácidos grasos monoinsaturados. • El aceite de oliva refinado (con una cantidad similar de grasas monoinsaturadas) pierde la mayoría de estas sustancias beneficiosas durante su procesamiento y su valor nutricional es menor. • Consuma aceite de oliva (preferiblemente virgen extra) crudo siempre que sea posible. • Añádalo a verduras, legumbres, ensaladas y otros platos. • El aceite de oliva se considera un producto procesado, pero es solo un componente de una dieta equilibrada.
Verduras • Las verduras son una fuente de fibra dietética, vitaminas y compuestos antioxidantes (por ejemplo, vitamina C, betacaroteno, licopeno, flavonoides, isotiocianatos). • Coma verduras con la mayor frecuencia posible. Lo ideal es incluirlas en la mayoría de las comidas del día. • Intente comer al menos una porción de verduras crudas al día. • Prefiera verduras de temporada y coloridas (colores variados = antioxidantes variados).
Frutas • Coma verduras con la mayor frecuencia posible. Lo ideal es incluirlas en la mayoría de las comidas del día. • Intente comer al menos una porción de verduras crudas al día. • Prefiera verduras de temporada y coloridas (colores variados = antioxidantes variados). • Coma fruta fresca y cruda a diario, por ejemplo, como postre. • Intente comer de 1 a 2 raciones de fruta fresca al día. • Asegúrese de que la fruta sea variada y de temporada.
Cereales integrales • Los productos integrales son una fuente de fibra dietética, vitaminas B y muchos minerales. • La fibra aumenta la saciedad, regula los movimientos intestinales, modula la microbiota intestinal, limita la absorción de colesterol y afecta positivamente la glucemia posprandial. • Elija pan integral, pasta integral, sémola de trigo grueso, arroz integral y harina integral.
Legumbres • Las legumbres son una fuente de proteínas vegetales, fibra dietética, vitaminas y minerales. • Consuma 3 porciones de cualquier tipo de legumbres por semana, por ejemplo, lentejas, frijoles, garbanzos, soja. • Reemplace la carne por legumbres.
Pescado y mariscos El pescado y el marisco son fuentes de proteínas, ácidos grasos omega-3, selenio, yodo y zinc. Los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias. Deben aportarse con la dieta, ya que el organismo no puede sintetizarlos. • Procura comer: 1 ración por semana de pescado blanco magro (p. ej., bacalao, platija, perca); 2 raciones por semana de pescado graso (p. ej., caballa, salmón, arenque, sardinas); mariscos ocasionales (p. ej., ostras, mejillones, calamares, camarones).
Productos lácteos • Los lácteos son fuente de proteínas y calcio. • Los productos lácteos fermentados aportan probióticos que benefician el intestino. • El calcio de los lácteos se absorbe bien y es un componente clave para los huesos. • Consuma 2 porciones de lácteos al día. • Elija productos lácteos naturales y fermentados. • El yogur se puede combinar con frutas y frutos secos.
Nueces, semillas • Los frutos secos y las semillas son ricos en grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales (p. ej., selenio, magnesio, zinc, cobre, potasio). • Aportan ácidos grasos esenciales (incluido el omega-3), fibra y algo de proteína. • Consuma un puñado de frutos secos al día o 3 porciones semanales como alternativa saludable a un refrigerio (1 porción ≈ 30 g). • Elija: nueces, almendras, avellanas, semillas (calabaza, girasol).

Fuente: https://ncez.pzh.gov.pl/abc-zywienia/zasady-zdrowego-zywienia/dieta-srodziemnomorska-zalecenia-zywieniowe/

La dieta mediterránea vs. la dieta occidental

La dieta mediterránea y la dieta occidental difieren significativamente, en cuanto a sus ingredientes como a su impacto en la salud. La dieta mediterránea se basa en alimentos naturales y sin procesar e incluye grandes cantidades de verduras, frutas, cereales integrales, frutos secos, semillas y legumbres. Su principal fuente de grasa es el aceite de oliva, y sus principales fuentes de proteínas son el pescado y las aves. En cambio, la dieta occidental, común en los países desarrollados, es rica en alimentos ultraprocesados, como platos preparados, comida rápida, dulces, aperitivos salados y refrescos. Está dominada por carnes rojas y procesadas, altos niveles de grasas saturadas y trans, sal y azúcares simples. Los efectos de estas dietas sobre la salud también difieren. La dieta mediterránea favorece el bienestar mental y reduce el riesgo de depresión, gracias a sus componentes antiinflamatorios y nutrientes que favorecen la función cerebral. La dieta occidental tiene el efecto contrario: aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, obesidad y depresión debido a sus propiedades proinflamatorias y a su impacto negativo en el sistema nervioso (Zielińska et al., 2022).

Para comprender mejor las diferencias entre la dieta mediterránea y la dieta occidental típica, se ha preparado una comparación visual en forma de pirámides alimentarias invertidas. La ilustración a continuación muestra de forma clara y sencilla qué grupos de alimentos deben predominar en la dieta diaria y cuáles deben limitarse para favorecer la salud física y mental. Este gráfico puede ser una valiosa herramienta educativa, especialmente en el trabajo individual con clientes, ya que ayuda a explicar visualmente cómo cambiar los hábitos alimenticios para comer de forma más consciente y beneficiosa para el cuerpo.

Fuente: Zielińska et al. (2022)

El siguiente cuestionario es educativo e indicativo; no es una herramienta diagnóstica ni médica. Su propósito es fomentar la reflexión sobre sus propios hábitos alimenticios y destacar áreas en las que podría considerar realizar cambios positivos.

Los resultados del cuestionario no sustituyen la consulta con un dietista, psicólogo o médico. Si tiene alguna duda sobre su salud o dieta, consulte con un especialista cualificado.

El cuestionario puede ser un estímulo útil para reflexionar sobre si valdría la pena, por ejemplo:

– aumentar el consumo de verduras y productos integrales,
– reducir el consumo de alimentos ultraprocesados ​​y azúcares simples,
– prestar más atención a las comidas regulares y a una hidratación adecuada.

Responda el cuestionario y descubra cuáles de sus hábitos cotidianos podrían necesitar ajustes, no solo para favorecer su salud física, sino también su bienestar mental.

ACTIVIDAD INTERACTIVA 24

Deliciosa ensalada con atún, huevos y verduras frescas, perfecta para una comida nutritiva.

¿La dieta mediterránea ayuda a tratar la depresión?

Un equipo de investigación dirigido por Parletta (2019) se propuso investigar si seguir la dieta mediterránea, combinada con suplementos de aceite de pescado, podría mejorar la salud mental en personas con depresión. El estudio incluyó a 152 adultos (de 18 a 65 años) con síntomas de depresión. Los participantes se dividieron en dos grupos:

  1. Grupo de dieta mediterránea: durante tres meses recibieron cestas de alimentos y participaron en talleres de cocina, y durante seis meses tomaron suplementos de aceite de pescado.
  1. Grupo de control: participó en reuniones sociales pero no realizó cambios en su dieta.

Los resultados fueron claros: los participantes que siguieron la dieta mediterránea comenzaron a comer más verduras, frutas, frutos secos y productos integrales, a la vez que redujeron el consumo de carne roja y snacks poco saludables. Después de tres meses, su salud mental mejoró: los síntomas de depresión disminuyeron y su calidad de vida mejoró. Además, los efectos positivos se mantuvieron después de seis meses.

Las mejoras más significativas en el bienestar se asociaron con un mayor consumo de frutos secos, verduras y una mayor variedad de verduras. Una mejor salud mental también se relacionó con un aumento de los niveles de omega-3 y una disminución de los de omega-6 en sangre.

¿Qué componentes de la dieta mediterránea pueden mejorar la salud mental?

  • Verduras y frutas: ricas en vitaminas y antioxidantes que protegen las células nerviosas.
  • Frutos secos: ricos en grasas saludables y minerales que favorecen el funcionamiento del cerebro.

Ácidos grasos omega-3: se encuentran en el pescado, los aceites vegetales y los frutos secos; ayudan a regular el estado de ánimo y a reducir la inflamación en el cuerpo.

El estudio presentado demuestra que es posible adoptar una dieta más saludable y que la dieta mediterránea, combinada con suplementos de aceite de pescado, puede beneficiar a las personas con depresión. También sugiere que una mayor ingesta de grasas saludables, verduras y otros alimentos naturales puede mejorar la salud mental.

Una mujer disfruta de una serena puesta de sol en la playa de Unawatuna, Sri Lanka, que representa la paz y la libertad.

La dieta mediterránea y el riesgo de depresión

Bizzozero-Peroni et al. (2025) se propusieron determinar si seguir la dieta mediterránea podía reducir eficazmente los síntomas de depresión en adultos. Si bien estudios anteriores habían sugerido que las personas que seguían esta dieta tenían menos probabilidades de desarrollar depresión, aún no estaba claro si una intervención dietética podría realmente ayudar a quienes ya presentaban síntomas depresivos.

Los investigadores analizaron cinco ensayos clínicos con 1507 participantes de entre 22 y 53 años, todos diagnosticados con depresión o con síntomas depresivos leves o moderados. Compararon los efectos de la dieta mediterránea con grupos de control que no la siguieron.

Los resultados revelaron que la dieta mediterránea redujo significativamente los síntomas depresivos en adultos jóvenes y de mediana edad con depresión leve a moderada. En promedio, quienes siguieron la dieta experimentaron una reducción del 53 % en la gravedad de los síntomas depresivos en comparación con el grupo de control.

Si bien la dieta mediterránea parece tener un gran potencial para aliviar los síntomas depresivos, se necesitan estudios más amplios y a largo plazo para confirmar definitivamente estos efectos. Actualmente, la dieta no debe considerarse un tratamiento único para la depresión, pero puede servir como un valioso complemento a las terapias convencionales.

Un análisis de cuatro estudios a largo plazo (que abarcaron 10 años) mostró un riesgo 33% menor de depresión en personas que siguieron la dieta mediterránea (Lassale et al., 2019).

La dieta mediterránea y los trastornos de ansiedad

Algunos estudios sugieren que esta forma de alimentación también podría ofrecer protección contra los trastornos de ansiedad; sin embargo, aún no hay evidencia científica concluyente que confirme este efecto. Esto significa que, si bien la dieta puede ser útil, no debe considerarse un método independiente para tratar la ansiedad (Madani et al., 2022).

La dieta mediterránea tiene beneficios bien documentados en el apoyo al tratamiento de la depresión.

  • La evidencia de su papel preventivo es prometedora, pero requiere más investigación.
  • Puede ser un complemento eficaz a la terapia contra la depresión, pero no sustituye al tratamiento farmacológico ni a la psicoterapia.

No existe evidencia concluyente que respalde la eficacia de la dieta mediterránea en el tratamiento de los trastornos de ansiedad.

ACTIVIDAD INTERACTIVA 25

Bibliografía
Grajek, M., Krupa-Kotara, K., Białek-Dratwa, A., Sobczyk, K., Grot, M., Kowalski, O., & Staśkiewicz, W. (2022). Nutrition and mental health: A review of current knowledge about the impact of diet on mental health. Frontiers in Nutrition, 9, 943998. https://doi.org/10.3389/fnut.2022.943998 Parletta, N., Zarnowiecki, D., Cho, J., Wilson, A., Bogomolova, S., Villani, A., et al. (2019). A Mediterranean-style dietary intervention supplemented with fish oil improves diet quality and mental health in people with depression: A randomized controlled trial (HELFIMED). Nutritional Neuroscience, 22(7), 474–487. https://doi.org/10.1080/1028415X.2017.1411320 Bizzozero-Peroni, B., Martínez-Vizcaíno, V., Fernández-Rodríguez, R., Jiménez-López, E., Núñez de Arenas-Arroyo, S., Saz-Lara, A., Díaz-Goñi, V., & Mesas, A. E. (2025). The impact of the Mediterranean diet on alleviating depressive symptoms in adults: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Nutrition Reviews, 83(1), 29–39. https://doi.org/10.1093/nutrit/nuad176 Lassale, C., Batty, G. D., Baghdadli, A., et al. (2019). Healthy dietary indices and risk of depressive outcomes: A systematic review and meta-analysis of observational studies. Molecular Psychiatry, 24, 965–986. https://doi.org/10.1038/s41380-018-0237-8 Madani, S., Ahmadi, A., Shoaei-Jouneghani, F., et al. (2022). The relationship between the Mediterranean diet and Axis I disorders: A systematic review of observational studies. Food Science & Nutrition, 10, 3241–3258. https://doi.org/10.1002/fsn3.2952 Zielińska, M., Łuszczki, E., Michońska, I., & Dereń, K. (2022). The Mediterranean diet and the Western diet in adolescent depression—Current reports. Nutrients, 14(20), 4390. https://doi.org/10.3390/nu14204390

Dieta MIND: cómo la nutrición afecta la salud cerebral

La Dieta MIND (Dieta Mediterránea-DASH para el Retraso Neurodegenerativo) es un enfoque dietético que combina los beneficios de la dieta mediterránea y la dieta DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión). Fue diseñada específicamente para proteger la salud cerebral y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer (Grajek et al., 2022).

Principios clave de la dieta MIND:

✔️ Alto consumo de verduras de hoja verde (p. ej., espinacas, lechuga, col rizada), frutos rojos, frutos secos, productos integrales y aceite de oliva;
✔️ Consumo regular de pescado y aves (p. ej., pollo, pavo);
✔️ Limitar el consumo de carnes rojas, frituras, dulces y productos procesados.

¿Cómo afecta la dieta MIND a la salud mental?

La dieta MIND se desarrolló principalmente para favorecer la memoria y la concentración, pero las investigaciones demuestran que también puede ayudar a prevenir la depresión y mejorar el bienestar general (Grajek et al., 2022).

Estudios preliminares han demostrado que las personas que siguen la dieta MIND experimentan un deterioro más lento de sus capacidades cognitivas a medida que envejecen. Además, el consumo de bayas y verduras de hoja verde puede mejorar la función cerebral. La literatura científica destaca que las personas que siguen la dieta MIND tienen menos probabilidades de sufrir depresión y trastornos del estado de ánimo.

En comparación con las dietas mediterránea y DASH por sí solas, la dieta MIND pone mayor énfasis en las bayas y las verduras de hoja verde, al tiempo que limita las frutas, los productos lácteos y las patatas (Grajek et al., 2022).

En comparación con las dietas mediterránea y DASH, la dieta MIND pone mayor énfasis en el consumo de bayas y verduras de hoja verde, al tiempo que limita la ingesta de frutas, productos lácteos y patatas (Grajek et al., 2022).

portrait, the old man, elders, people, elders

¿Puede la dieta MIND ayudar a tratar la depresión en adultos mayores?

La depresión es un problema común entre los adultos mayores, especialmente en aquellos con problemas de memoria, antecedentes de accidentes cerebrovasculares o enfermedades vasculares. Investigadores se propusieron examinar si la dieta podría ayudar a reducir el riesgo de depresión y favorecer la salud mental (Cherian et al., 2021). Para ello, estudiaron a 709 personas con una edad promedio de 80,4 años durante un período de 6,5 años, monitoreando tanto sus hábitos alimenticios como sus síntomas de depresión. Evaluaron el impacto de tres patrones dietéticos saludables (DASH, MIND y Mediterráneo) en comparación con la dieta occidental, rica en alimentos ultraprocesados, azúcar y grasas saturadas.

¿Qué mostraron los resultados?

  • Las personas que siguieron la dieta MIND o DASH experimentaron menos síntomas de depresión.
  • Las personas que seguían una dieta de estilo occidental tenían un mayor riesgo de sufrir depresión: cuanto más comida rápida y dulces consumían, peor se sentían.

El estudio demostró que la dieta puede ser una herramienta eficaz para reducir el riesgo de depresión en adultos mayores. Los hábitos alimentarios saludables, en particular las dietas MIND y DASH, parecen tener un impacto positivo en el bienestar mental, mientras que la dieta occidental puede agravar los síntomas depresivos.

¿Puede la dieta MIND ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud metabólica?

Las investigaciones sugieren que la dieta MIND no solo favorece la función cerebral, sino que también puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud general, especialmente en personas con obesidad (Ardekani et al., 2023).

En un estudio realizado por Ardekani y sus colegas (2023), participaron 339 adultos de entre 20 y 50 años con obesidad (IMC ≥ 30 kg/m²). Los participantes completaron un cuestionario dietético y se evaluó su adherencia a la dieta MIND. Los investigadores evaluaron no solo sus hábitos alimentarios, sino también indicadores de salud como los niveles de estrés, la presión arterial y la resistencia a la insulina (un factor clave en el desarrollo de la diabetes tipo 2).

  • Las personas que siguieron más de cerca la dieta MIND consumieron más alimentos beneficiosos para el cerebro, como verduras, frutos secos y cereales integrales, y comieron menos dulces y productos horneados, en comparación con aquellos con puntuaciones MIND más bajas.
  • Los participantes con mayor adherencia a la dieta MIND mostraron niveles de estrés más bajos y una mejor sensibilidad a la insulina, lo que sugiere un riesgo reducido de resistencia a la insulina y diabetes.

Este estudio sugiere que seguir la dieta MIND puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud metabólica, independientemente de la edad, el IMC, el sexo o el nivel de actividad física. Aunque se desarrolló originalmente para proteger la función cognitiva, la dieta MIND parece tener beneficios más amplios para la salud, especialmente en personas con obesidad.

Vista superior de la deportista descansando en un suelo brillante para juegos deportivos después del entrenamiento.

Desafíos en el seguimiento de la dieta mediterránea entre personas con depresión

Las investigaciones demuestran que la dieta mediterránea puede ayudar a controlar la depresión, pero seguirla no siempre es fácil. Açik et al. (2024) investigaron las dificultades que enfrentan las personas con diagnóstico clínico de depresión que siguieron la dieta mediterránea durante 12 semanas.

Aspectos positivos reportados:

  • Aceptación del sabor de la mayoría de las comidas.
  • Mayor motivación para continuar la dieta después del estudio.
  • Reducción de los síntomas depresivos

Principales desafíos identificados:

  • El alto coste de los alimentos recomendados en la dieta mediterránea
  • El compromiso de tiempo necesario para preparar las comidas
  • Actitudes negativas de familiares y amigos, que dificultaron la adherencia

Si bien la dieta mediterránea puede ayudar a reducir los síntomas depresivos, su implementación práctica puede verse obstaculizada por diversos obstáculos. El mayor desafío resultó ser la presión social y la falta de apoyo del entorno inmediato. Los investigadores sugieren que los esfuerzos futuros deberían centrarse en comprender mejor cómo el apoyo social de familiares y amigos puede contribuir a mantener hábitos alimentarios saludables.

  • La dieta MIND combina los beneficios de las dietas mediterránea y DASH, favoreciendo la salud del cerebro.
  • Puede reducir el riesgo de depresión y mejorar el bienestar, especialmente en los adultos mayores.
  • Ayuda a reducir el estrés y mejorar la salud metabólica.
  • Las personas más jóvenes pueden tener dificultades para seguirlo, pero pueden beneficiarse del apoyo para cambiar sus hábitos alimentarios.

ACTIVIDAD INTERACTIVA 26

Bibliografía
Grajek, M., Krupa-Kotara, K., Białek-Dratwa, A., Sobczyk, K., Grot, M., Kowalski, O. y Staśkiewicz, W. (2022). Nutrición y salud mental: Una revisión del conocimiento actual sobre el impacto de la dieta en la salud mental. Frontiers in Nutrition, 9, 943998. https://doi.org/10.3389/fnut.2022.943998 Cherian, L., Wang, Y., Holland, T., Agarwal, P., Aggarwal, N. y Morris, M. C. (2021). Las dietas DASH y la intervención mediterránea-DASH para el retraso neurodegenerativo (MIND) se asocian con menos síntomas depresivos a lo largo del tiempo. The Journal of Gerontology: Serie A, 76(1), 151–156. Español: https://doi.org/10.1093/gerona/glaa044 Ardekani, A. M., Vahdat, S., Hojati, A., Moradi, H., Tousi, A. Z., Ebrahimzadeh, F., y Farhangi, M. A. (2023). Evaluación de la asociación entre la dieta Mediterránea-DASH para el Retraso Neurodegenerativo (MIND), la salud mental y los factores de riesgo cardiometabólico entre personas con obesidad. BMC Endocrine Disorders, 23(1), 29. https://doi.org/10.1186/s12902-023-01284-8 Açik, M., Bayindir Gümüş, A., Ekici, A., Çağiran Yilmaz, F., y Küçüksu, M. (2024). Intervención con dieta mediterránea-DASH para la dieta de retraso neurodegenerativo y problemas psicológicos en pacientes de hemodiálisis de mantenimiento mediante el análisis de modelos de ecuaciones estructurales de marcadores de desnutrición e inflamación. Journal of Renal Nutrition. Publicación anticipada en línea. https://doi.org/10.1053/j.jrn.2024.09.006

Dieta ketogenética

¿Puede la dieta cetogénica ayudar a tratar la depresión y otros trastornos mentales?

Los investigadores exploran cada vez más el impacto de la dieta en la salud mental. Un enfoque particularmente interesante es la dieta cetogénica, que se ha utilizado durante mucho tiempo en el tratamiento de la epilepsia y que ahora muestra posibles beneficios para personas con trastornos mentales graves como la depresión, el trastorno bipolar y la esquizofrenia (Danan et al., 2022; Grajek et al., 2022).

Ingredientes cetogénicos frescos variados que incluyen salmón, carne de res y verduras en tablas de madera, perfectos para comidas saludables.

¿Qué es la dieta cetogénica?

La dieta cetogénica es una forma de alimentación basada en una ingesta muy baja de carbohidratos (azúcares) y un alto consumo de grasas. Como resultado, el cuerpo comienza a utilizar la grasa como principal fuente de energía en lugar de la glucosa. En una dieta típica, los carbohidratos (como el pan, la pasta, la fruta y las patatas) son la principal fuente de energía. En cambio, la dieta cetogénica lleva al cuerpo a un estado llamado cetosis, donde comienza a producir cetonas, compuestos derivados de la grasa que sustituyen al azúcar como combustible para el cerebro y los músculos. Este proceso ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre y mejora la capacidad del cuerpo para regular el metabolismo energético (Grajek et al., 2022).

La dieta cetogénica como apoyo en el tratamiento de trastornos psiquiátricos graves

Danan et al. (2022) realizaron un estudio con 31 pacientes adultos hospitalizados en un centro psiquiátrico. Estos individuos presentaban trastornos mentales graves y no habían respondido bien a los tratamientos habituales, como la medicación y la psicoterapia. Como parte de la intervención, se introdujo una dieta cetogénica en su plan de tratamiento. Esto implicaba consumir muy pocos carbohidratos, no más de 20 gramos al día. Esta dieta obliga al cuerpo a quemar grasa en lugar de carbohidratos, lo que provoca un estado metabólico llamado cetosis.

El estudio ha demostrado que se observó una mejora en los individuos que siguieron las reglas de la dieta cetogénica:

  • Los síntomas depresivos disminuyeron significativamente: el puntaje promedio de depresión bajó de un nivel alto a valores casi normales.
  • Los pacientes con esquizofrenia y trastorno bipolar también mostraron mejoría: se redujeron los síntomas psicóticos.
  • La salud metabólica mejoró: los pacientes perdieron peso y sus niveles de presión arterial, glucosa en sangre y triglicéridos disminuyeron.

La dieta cetogénica puede ser útil para tratar la depresión y otros trastornos psiquiátricos, especialmente en personas que no responden bien a los tratamientos convencionales. Sin embargo, no es una dieta sencilla: requiere un alto nivel de disciplina y solo debe seguirse bajo la supervisión de un médico y un dietista. Es importante destacar que la dieta cetogénica no debe sustituir el tratamiento farmacológico, pero puede ser un valioso complemento.

A person's hand reaching towards its reflection in a mirror, creating a mysterious mood.

¿Puede la dieta cetogénica ayudar a tratar la esquizofrenia?

La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta el pensamiento, las emociones y la percepción de la realidad. Síntomas como alucinaciones (p. ej., oír voces) y delirios (creencias falsas) pueden afectar significativamente el funcionamiento diario. Si bien el tratamiento estándar consiste en antipsicóticos, en muchos casos los síntomas no se resuelven por completo. Por ello, los investigadores están explorando métodos adicionales para complementar la terapia, uno de los cuales es la dieta cetogénica (Rog et al., 2024).

Los estudios sugieren que las personas con esquizofrenia suelen tener un metabolismo de glucosa deficiente en el cerebro, lo que puede interrumpir la comunicación entre las neuronas. La dieta cetogénica ofrece una fuente de energía alternativa: los cuerpos cetónicos, que pueden alimentar el cerebro de forma más eficaz y mejorar su funcionamiento (Rog et al., 2024).

Los hallazgos preliminares muestran posibles beneficios. En pacientes que siguieron la dieta cetogénica, se observaron las siguientes mejoras:

  • reducción de los síntomas de la esquizofrenia: algunas personas experimentaron menos alucinaciones y delirios.
  • Mejora de la función cerebral: se observó mejor concentración, memoria y pensamiento lógico.
  • Menos efectos secundarios de los medicamentos, en particular menos aumento de peso, un problema común con los medicamentos antipsicóticos.

Mejor salud metabólica, incluidos niveles más bajos de glucosa y lípidos en sangre (Rog et al., 2024)

Fuente: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38792361/

A pesar de los prometedores hallazgos de la investigación, la dieta cetogénica no sustituye a la medicación. No debe utilizarse en lugar del tratamiento antipsicótico, sino como un enfoque complementario. Cualquier cambio en la dieta, especialmente uno tan restrictivo como la dieta cetogénica, debe realizarse bajo la supervisión de un médico y un dietista, ya que su implementación repentina puede causar efectos secundarios. Su uso a largo plazo también puede provocar deficiencias en varios nutrientes importantes (Rog et al., 2024).

La dieta cetogénica es una opción prometedora de apoyo en el tratamiento de la esquizofrenia. Puede ayudar a mejorar la función cerebral, reducir los síntomas y mejorar la salud metabólica. Sin embargo, antes de que pueda considerarse un tratamiento estándar, se necesita investigación más exhaustiva.

Si alguien con esquizofrenia está interesado en probar la dieta cetogénica, es esencial que primero consulte con un profesional de la salud para asegurarse de que sea segura y se gestione adecuadamente.

¿Puede la dieta cetogénica ayudar a tratar la depresión?

Los investigadores han observado que las personas con depresión suelen experimentar un metabolismo de la glucosa deficiente en el cerebro, lo que puede afectar su estado de ánimo y bienestar general. La dieta cetogénica ayuda a superar este problema al proporcionar energía en forma de cuerpos cetónicos, que pueden mejorar la función cerebral y estabilizar el estado de ánimo (Rog et al., 2024).

Los estudios demuestran que la dieta cetogénica puede ayudar a las personas que sufren depresión de varias maneras:

  • mayores niveles de energía: las personas que siguen una dieta cetogénica a menudo informan que tienen más energía y una mejor concentración;
  • reducción de la inflamación: la inflamación crónica está relacionada con la depresión y la dieta cetogénica puede ayudar a reducir los marcadores inflamatorios;
  • impacto en las “hormonas de la felicidad”: esta dieta puede aumentar los niveles de GABA y serotonina, neurotransmisores que juegan un papel clave en la regulación del estado de ánimo;

niveles de azúcar en sangre estabilizados: las fluctuaciones en la glucosa en sangre pueden contribuir a los cambios de humor, y la dieta cetogénica ayuda a mantener estos niveles más estables (Rog et al., 2024).

Fuente: El papel potencial de la dieta cetogénica en las enfermedades mentales graves: evidencia actual, seguridad y consejos prácticos – PubMed

Aún disponemos de un número limitado de estudios que evalúan el papel de la dieta cetogénica en el tratamiento de la depresión. Sin embargo, los hallazgos iniciales son prometedores:

  • Estudios en animales han demostrado que la dieta cetogénica puede tener efectos similares a los antidepresivos, mejorando el estado de ánimo y reduciendo la ansiedad. Sin embargo, esto no significa que pueda sustituir a la medicación.
  • En los seres humanos se han observado mejoras del estado de ánimo al cabo de sólo unas semanas de iniciar la dieta.
  • En algunos casos, los pacientes experimentaron mejoras tan significativas que pudieron reducir la dosis de su medicación, pero siempre bajo supervisión médica (Rog et al., 2024).

La dieta cetogénica no debe considerarse un sustituto de los antidepresivos, sino un complemento de la terapia. Cualquier cambio en la dieta debe realizarse bajo la supervisión de un médico y un dietista para evitar efectos secundarios como fatiga o dolores de cabeza, que pueden presentarse en la fase inicial de la dieta (Rog et al., 2024).

La dieta cetogénica es un enfoque prometedor para apoyar el tratamiento de la depresión. Puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo, mejorar la función cerebral y aumentar los niveles de energía. Sin embargo, antes de que pueda considerarse un método de tratamiento estándar, se necesita más investigación. Las personas con depresión que estén interesadas en probar la dieta cetogénica deben consultar primero con un médico para asegurarse de que sea una opción segura y adecuada.

¿Puede la dieta cetogénica ayudar a tratar el trastorno bipolar (TB)?

Las investigaciones sugieren que las personas con trastorno bipolar (TB) a menudo experimentan disfunción mitocondrial, es decir, problemas con las centrales eléctricas de las células que producen energía. Esta disfunción puede contribuir a desequilibrios cerebrales y cambios repentinos de humor. Se ha demostrado que la dieta cetogénica favorece la función mitocondrial y proporciona al cerebro una fuente estable de energía, lo que podría ayudar a controlar los síntomas (Rog et al., 2024).

Los estudios muestran que la dieta cetogénica puede ayudar a las personas que padecen trastorno bipolar de varias maneras:

  • Niveles de energía estables: las personas con trastorno bipolar experimentan con frecuencia altibajos energéticos extremos. La dieta cetogénica puede ayudar a suavizar estas fluctuaciones.
  • regulación de los neurotransmisores: aumenta el GABA (que tiene un efecto calmante) y reduce el glutamato (que puede contribuir a la sobreexcitación);
  • reducción de la inflamación: la inflamación crónica puede afectar el estado de ánimo y aumentar el riesgo de episodios depresivos y maníacos;
  • Niveles estables de azúcar en sangre: muchas personas con trastorno bipolar presentan problemas con el metabolismo de la glucosa. La dieta cetogénica ayuda a estabilizar la glucosa en sangre, lo que puede ayudar a regular los cambios de humor (Rog et al., 2024).

Fuente: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38792361/

Vale la pena señalar que estudios preliminares han demostrado lo siguiente:

  • En algunos pacientes que siguieron una dieta cetogénica, la frecuencia e intensidad de los episodios bipolares disminuyeron.
  • Algunas personas informaron una mejor concentración y estabilidad emocional después de sólo unas pocas semanas de seguir la dieta.
  • En estudios piloto, los participantes que siguieron la dieta cetogénica experimentaron una mejor calidad del sueño y un bienestar general (Rog et al., 2024).

La dieta cetogénica no debe considerarse un sustituto de los medicamentos estabilizadores del ánimo, sino una terapia complementaria. Antes de realizar un cambio en la dieta, se recomienda consultar con un médico y un dietista, ya que comenzar repentinamente una dieta cetogénica puede causar efectos secundarios, como fatiga o dolores de cabeza, durante la fase inicial de adaptación (Rog et al., 2024).

La dieta cetogénica es un enfoque de apoyo prometedor para el manejo del trastorno bipolar. Puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo, la función cerebral y la regulación energética. Sin embargo, se necesita más investigación antes de que pueda establecerse como parte estándar del tratamiento. Cualquier persona con trastorno bipolar que esté interesada en probar la dieta cetogénica debe consultar primero con un profesional de la salud para asegurarse de que sea una opción segura y adecuada para su condición individual.

¿Tiene inconvenientes la dieta cetogénica?

Es importante aclarar que la dieta cetogénica no es apta para todos. Si bien ofrece ciertos beneficios, algunas personas pueden experimentar efectos secundarios, especialmente en las primeras etapas:

  • fatiga, dolores de cabeza y mareos en los primeros días;
  • posibles deficiencias de nutrientes si la dieta no está adecuadamente equilibrada;
  • problemas digestivos, como el estreñimiento, debido a la baja ingesta de fibra;
  • No se recomienda para personas con ciertas condiciones de salud, como enfermedad hepática o renal.

Antes de comenzar la dieta cetogénica, es esencial consultar a un médico o dietista para asegurarse de que sea segura y apropiada para sus necesidades de salud.

ACTIVIDAD INTERACTIVA 27

Intervenciones nutricionales que apoyan la estabilidad glucémica

Para muchos clientes, no es necesario ni realista conocer el índice glucémico (IG) ni la carga glucémica (CG) exactos de cada alimento. Sin embargo, es útil comprender los principios básicos de cómo los diferentes carbohidratos afectan los niveles de azúcar en sangre.

El índice glucémico describe la rapidez con la que los carbohidratos de un alimento determinado elevan los niveles de glucosa en sangre. Cuanto más alto sea el índice, más rápido se disparará el azúcar en sangre. Los alimentos con un IG alto (p. ej., pan blanco, bebidas azucaradas, cereales procesados) provocan un aumento rápido de los niveles de glucosa, mientras que los alimentos con un IG bajo (p. ej., cereales integrales, legumbres, verduras) se digieren más lentamente y contribuyen a una mejor estabilidad glucémica.

Al planificar comidas saludables, a menudo se habla del índice glucémico (IG). Sin embargo, también es importante considerar la carga glucémica (CG), que no solo considera el tipo de alimento, sino también la cantidad de carbohidratos en una porción. La CG refleja mejor el impacto real que una comida completa tiene en la glucemia.

  • El IG nos informa sobre la calidad de los carbohidratos (es decir, si se digieren rápida o lentamente).
  • GL también considera la cantidad de carbohidratos, es decir, el impacto glucémico real de una porción.
Producto GI Contenido de carbohidratos Carga glucémica (CG) Comentario
Sandía (1 rebanada, 120 g) Alto (~75) Bajo (~6 g) Bajo (~4–5) A pesar de un IG alto, bajo contenido de azúcar → CG baja
Arroz blanco (1 porción, 150 g) Alto (~70) Alto (~45 g) Alto (~30–35) Alto contenido de carbohidratos → efecto significativo sobre la glucosa en sangre

Conclusión:

La sandía tiene un IG alto pero una CG baja, por lo que no es necesario evitarla.

El arroz blanco tiene un IG y una CG altos: es mejor limitarlo o combinarlo con fibra y proteínas.

Ejemplo 2: Dos desayunos ¿cuál es mejor?

Comida GI GL Respuesta glucémica
Panecillo blanco con mermelada Alto Alto Aumento rápido de azúcar, el hambre regresa después de 1 a 2 horas
Avena con leche y nueces Bajo-medio Bajo Niveles de azúcar en sangre estables, saciedad duradera.

En la práctica, es mejor elegir comidas con una carga glucémica baja o moderada, ya que promueven una saciedad más duradera, reducen las fluctuaciones glucémicas y favorecen una mejor concentración.

Consejos prácticos para profesionales de la salud:

No necesitas memorizar todos los números. Basta con recordar:

  • IG se refiere al tipo de carbohidrato,
  • GL considera tanto la cantidad como el tamaño de la porción,
  • Los alimentos altamente procesados ​​y aquellos ricos en azúcares simples a menudo tienen un IG alto, pero esto depende tanto del IG como del tamaño típico de la porción.
  • Combinar carbohidratos con fibra, proteínas o grasas reduce la CG de la comida general.

En caso de duda, es aconsejable consultar con un dietista cualificado que pueda adaptar las recomendaciones al estado de salud y al estilo de vida del cliente.

Bibliografía
Danan, A., Westman, E. C., Saslow, L. R. y Ede, G. (2022). La dieta cetogénica para la enfermedad mental refractaria: Un análisis retrospectivo de 31 pacientes hospitalizados. Frontiers in Psychiatry, 13, 951376. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2022.951376 Gao, M., Kirk, M., Lash, E., Knight, H., Michalopoulou, M., Guess, N., Browning, M., Weich, S., Burnet, P., Jebb, S. A., Stevens, R. y Aveyard, P. (2024). Evaluación de la eficacia y los mecanismos de una dieta cetogénica como tratamiento complementario para personas con depresión resistente al tratamiento: Un protocolo para un ensayo controlado aleatorizado. Revista de Investigación Psiquiátrica, 174, 230–236. https://doi.org/10.1016/j.jpsychires.2024.04.023 Grajek, M., Krupa-Kotara, K., Białek-Dratwa, A., Sobczyk, K., Grot, M., Kowalski, O. y Staśkiewicz, W. (2022). Nutrición y salud mental: Una revisión del conocimiento actual sobre el impacto de la dieta en la salud mental. Frontiers in Nutrition, 9, 943998. https://doi.org/10.3389/fnut.2022.943998
Scroll al inicio